Hasta la fecha, y si nuestro rastreo por el espacio virtual ha resultado certero, se localizan tres estaciones pioneras y únicas como centros de operaciones clave para propulsar esta difusión on-line de la “naturaleza docs”: Doc-Air en la República Checa, Docfera en Argentina e Interdocnet en España.
Su meta podría asimilarse en determinados casos al de un procedimiento de reanimación, ya que muchos documentales tras su exhibición puntual en los eventos antes mencionados quedan enterrados vivos a la espera de un rescate que no suele llegar vía las exhibidoras cinematográficas o las distribuidoras de DVD. En la mayoría de las ocasiones ni siquiera llegan a considerarse los galardones o repercusión que pueda haber cosechado la obra. El paso siguiente, el olvido, y en ese terreno de nadie suele ser complicado desempolvar.
Interdocnet en España, presentada en L’Alternativa barcelonesa en noviembre, se encuentra aún en una primera fase de trabajo interno y crecimiento. Los diferentes caminos que empiezan a transitar Docfera y Doc-Air pueden ser buenos referentes para considerar las potencialidades de estas plataformas. Ambas quieren servir de lanzadera y escaparate del cine de no ficción del presente –Doc-Air pretende recoger también formas experimentales-, pero también como archivo que preserve documentales del pasado garantizando la conservación de la memoria del documental.